Supercalifragilisticoespialidoso

Una y otra vez.
Una y otra vez.
Torpe mi sentir. Maldita mi debilidad.
Ferozmente tonta, lo veo y me equivoco
una y otra vez.

Definitivamente debí matarlo o saltar por la ventana aquella tarde en ese departamento. La muerte era segura y la solución infalible.
Hoy, perdida.

A veces, hago de cuenta que me leo la palma de la mano e invento líneas con excusas y nombres a mi medida. Entonces, un "él" interrumpe de manera brutal mi cuelgue y me devuelve a lo peor de mí, a mi real. En ese instante, es casi inmediata mi búsqueda en aguas más calmas y recuerdo: días de lenguas extrañas y cintas viejas. Recuerdo placares de nadie y canciones del niño de nunca jamás, viajes al sur de mi mundo. Recuerdo fotos donde me veo feliz y eternamente bella. Me siento serena en el piso del chico de las fotos, que aún a veces, me recuerda con amor.

Inmóvil y casi dispersa recorro sus trazos de "él" hacia mí y lo veo sereno y lejano. Él no sabe cuidarme y es tan poco lo que me sabe. Me detengo y escucho canciones que me llevan a cosmos más calmos de aguas turbias pero sanas. Te busco. Busco mis "ellos" entre esta multitud de alas latentes. Los busco estúpidamente. Un día me llevé mis aguas para no volver y no me lo perdonarán. Sus brillos están prohibidos a mis ojos y yo perdida, sin "ellos".

Un conjuro, un film en blanco y negro, una foto de fantasía, una serenata de humos y capelletis fríos después de un cierre de la transmisión, un último deseo por favor.