1,2,3...
La pantalla se derritió en agua. Las líneas que dibujaban mis ojos se transformaron en orillas violentas. Pensé: Las películas son para llorar. Hubiese confesado esta verdad al universo mismo si en ella hubiese podido desparramarme. Pero, calle y salí de la sala como quien queda en deuda.
Algunas veces no me sé, otras no me leo. Las aguas van borrando mis huellas y yo, busco palparlas en mis otros.
Algunas veces no me sé, otras no me leo. Las aguas van borrando mis huellas y yo, busco palparlas en mis otros.