Colores
Yo ya no quiero.
-lo digo así fuerte y grande para que me POR FIN me entiendas.
Mi amiga no acumula, como yo: cosas.
Limpiar la cama,
la ropa,
los libros,
los puertos,
las ventanas,
----------------------------------------------------------------------------------los nombres.
Des me mo ri zar para
dejar
entrar.
Me gusta percibir como ruedan las lágrimas cuando la fiebre atosiga.
Cuando esto pasa, me siento humanamente pequeña en los ecos sonoros de los seres que me cuidan.
Las distancias breves huelen a chocolates.
Un alguno me desea: buenos sueños y colores.
¿Qué desearle a los daltónicos?
Según mi profesora de lingüística: “todos los hombres lo son.”
No hablo en sentido genérico sino del género.
Un Él– que a veces creo que podría elegir- me pregunta:
¿Siempre te dicen que tenés lindos ojos?
-Casi siempre
y sueno
soberbia
cuando digo que depende del
cómo y del quién
el que resulte agradable.
Porque
es lindo saber
que sos
lo
que te ves linda.
Estuve por decirle
que Él también tenía lindo ojos -aunque no fueran claros-, que su energía se presentía a cuadras, que a veces me distraía con algunas de sus carcajadas pupilares, que no me cansaba escuchar sus limpios silencios.
Pero, no valía preguntar cosas que ruborizaran.