<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d9797740\x26blogName\x3dAcqua\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://masagua.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://masagua.blogspot.com/\x26vt\x3d-3585669719537124409', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

18 febrero 2007

Fábula

Al pequeño noble.

Cuando dejó de mirar sus torpes y continuos movimientos, todavía estaban allí. Los peces se movían con la despreocupación del que busca todo, caminando hacia ningún lugar. Los miraba atontada como quien mendiga paz dentro de una pecera. Fue así, cuando casi sonámbula, el viento violeta le devolvió en unas dedos delgados casi ínfimos, un tirar de monedas ricas en paz . Entonces, se sentó al borde de sus ojos y leyó hasta caer dormida.

17 febrero 2007

Fuegos

A fireboy

Entonces, apareció. Un rayo de luz lleno el aire.
Ella poseía poderes tibios de embrujos breves. Desparramaba su tiempo mirando a los ojos.

Estás bonita en esa foto. Lástima que no estés entera.-dijo él.
Gracias.-Dijo ella limitada por una sensación precoz.
Espero no ofenderte-dijo él.
No me ofendés. Sólo que a veces suena un tanto encendido lo que decís-dijo ella.
¿No te gusta encender?-dijo él.

El instante se convirtió en un melancólico mareo sicodélico y la realidad cayó a sus pies.
Imagino que esta conversación será un mero intercambio de fuegos, ya que ambo tenemos parejas- Dijo él.

En menos de diez palabras había casi apagado el fuego.
Por supuesto. Me encantaría encender más seguido. A quién no le gusta que su piel desate fuegos. Quien dice que no, miente.

Te veo bien. Nos estamos viendo.-Dijo él y todo se esfumo al cerrar la ventana del chat.
Un fuego lento comenzó a surcarla hasta llegar a sus dedos inquietos.

El agua se hizo fuego.