A fireboy
Entonces, apareció. Un rayo de luz lleno el aire.
Ella poseía poderes tibios de embrujos breves. Desparramaba su tiempo mirando a los ojos.
Estás bonita en esa foto. Lástima que no estés entera.-dijo él.
Gracias.-Dijo ella limitada por una sensación precoz.
Espero no ofenderte-dijo él.
No me ofendés. Sólo que a veces suena un tanto encendido lo que decís-dijo ella.
¿No te gusta encender?-dijo él.
El instante se convirtió en un melancólico mareo sicodélico y la realidad cayó a sus pies.
Imagino que esta conversación será un mero intercambio de fuegos, ya que ambo tenemos parejas- Dijo él.
En menos de diez palabras había casi apagado el fuego.
Por supuesto. Me encantaría encender más seguido. A quién no le gusta que su piel desate fuegos. Quien dice que no, miente.
Te veo bien. Nos estamos viendo.-Dijo él y todo se esfumo al cerrar la ventana del chat.
Un fuego lento comenzó a surcarla hasta llegar a sus dedos inquietos.
El agua se hizo fuego.