Acción-Reacción
Ella no creía en cosas como esas. Ella no creía en imprecisiones e imaginerías. Ella no creía…casi en nada.
…
Caminaba por la peatonal a toda velocidad. Mientras, pensaba: “Si en un instante alguien cambiase su ritmo al caminar, o hiciese un mínimo movimiento pensado, moderado, se produciría un choque real de cuerpos”.
Cruzó Mitre, intuitivamente. El piloto le acariciaba las piernas, descuidadamente. Cuando un espectro mitad hombre-mitad centauro pasó a su lado. Una breve remera césped la deslumbró al punto de inundarla de torpeza. Chocó con el florista que se amontonó con su interlocutor y desmoronó la pirámide del pororero. Nada de esto fue percibido por el caballerito de verde.
Ella lo miró, casi indiscreta. Él, se pegoteó en sus ojos-agua. Ella sonrió y siguió caminando. Él se paró para cruzar Mitre. Ella no creía en cosas como esas. Ella no creía en imprecisiones e imaginerías. Ella no creía…casi en nada.
…
Él se dio vuelta instantes antes de cruzar. Ella, también.
En un pacto implícito, se dejaron ir.
…
Caminaba por la peatonal a toda velocidad. Mientras, pensaba: “Si en un instante alguien cambiase su ritmo al caminar, o hiciese un mínimo movimiento pensado, moderado, se produciría un choque real de cuerpos”.
Cruzó Mitre, intuitivamente. El piloto le acariciaba las piernas, descuidadamente. Cuando un espectro mitad hombre-mitad centauro pasó a su lado. Una breve remera césped la deslumbró al punto de inundarla de torpeza. Chocó con el florista que se amontonó con su interlocutor y desmoronó la pirámide del pororero. Nada de esto fue percibido por el caballerito de verde.
Ella lo miró, casi indiscreta. Él, se pegoteó en sus ojos-agua. Ella sonrió y siguió caminando. Él se paró para cruzar Mitre. Ella no creía en cosas como esas. Ella no creía en imprecisiones e imaginerías. Ella no creía…casi en nada.
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Él se dio vuelta instantes antes de cruzar. Ella, también.
En un pacto implícito, se dejaron ir.